Hemos querido saber más del proceso creativo que siguió el artista para vestir los emblemáticos Jardines de Pedralbes. Fran nos cuenta que, en un primer momento después de viajar a Barcelona y visitar el espacio, dudó. “De vuelta a casa volví a mirar el trabajo de Marchesa, un vestido tras otro, una colección y otra y una foto más de sus creadoras. El espacio, la marca, las modelos, la gente de un lado a otro, la fuente y esa inmensa superficie de tierra donde no había nada”, dice.
Marchesa en el jardín de Fran Cisneros
Salió en busca de inspiración hacia los museos de Madrid, y ésta llegó de la mano de un cuaderno. “Empecé a escribir en un cuaderno que compré en la librería del museo junto con un libro de Monet. Sin querer, fui vislumbrando los primeros acordes de lo que sería mi obra. De este modo surge ‘El Jardín de Monet para Marchesa’” y es que -como bien nos explica Fran- el jardín está concebido para que los invitados se sientan inmersos en la misma atmosfera que los cuadros de Monet. Como resultado, caminos de hierba alternados con macizos de flores diferentes, piedras entre la vegetación y destellos de cuarzo de arenisca negra. Pero sin duda, los protagonistas eran los árboles centenarios que abrazaban la escena. Asimismo, el camino debía tener rincones que incitaran a pararse y contemplar el jardín; y el reflejo de las velas y lámparas en la fuente debía ayudar a ello.
Fueron meses de trabajo hasta la celebración, y hoy Fran recuerda satisfecho las sensaciones que tuvo cuando se alzó el telón: “por fin se abrieron las puertas del palacio y con paso firme apareció una mujer fuerte, pero de aspecto delicado, belleza y elegancia absoluta. Es la colección de Marchesa que paseaba entre sus invitados intentando pasar desapercibida, pero era inútil, todos la observan, ella es la luz.”
Marchesa en el jardín de Fran Cisneros
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